Mi línea ética profesional

Por qué hablo de ética en proyectos

En la construcción y en la ingeniería, las decisiones que se toman no son solo técnicas: impactan a personas, recursos y territorios. Por eso, mi trabajo no se limita a “cumplir un alcance”, sino a mantener una línea ética clara en la forma en la que gestiono la información, los tiempos y las expectativas.

Hablar de ética para mí no es un discurso de imagen, sino una herramienta práctica para decidir qué hacer cuando las cosas no son blanco o negro.

Principios que guían mi trabajo

• Transparencia en la información
  No exagerar alcances, no ocultar riesgos y comunicar de forma clara qué es posible, qué no lo es y qué implica cada decisión.
• Responsabilidad con los compromisos
  Cuidar tiempos, costos y entregables, haciendo lo posible por evitar sorpresas de última hora que perjudiquen a quienes confían en el proyecto.
• Criterio técnico por encima de la improvisación
  Sustentar las decisiones en datos, normativa y experiencia, no solo en presión o preferencias momentáneas.
• Respeto por las personas y el entorno
  Tener en cuenta el impacto de cada proyecto en quienes lo habitan, lo construyen y lo rodean.

Cómo se aplica esto en un proyecto real

En el día a día, esta línea ética se traduce, por ejemplo, en:

• No prometer plazos que sé que no se pueden cumplir solo para ganar un proyecto.
• No maquillar indicadores o modelos BIM para que “se vean mejor” cuando la información muestra otra cosa.
• Informar cuando una decisión técnica trae riesgos que alguien más está pasando por alto.
• Evitar prácticas que comprometan la seguridad, la calidad o el bienestar de quienes participan en la obra.

Un apellido asociado a ética profesional